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Varanasi, entre la vida y la muerte

Ante la frecuente pregunta: "¿y cómo es Varanasi?", siempre respondo lo mismo, "Es… especial." #Varanasi, Benares o Kashi, es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo y una de las ciudades más sagradas de la India. Para quienes viajan por primera vez a India, es una ciudad para dejar hacia el final del viaje, una vez que el shock cultural no es tan fuerte. A Varanasi, la gente va a morir, y se dice que quienes tienen el privilegio de ser cremados allí y sus cenizas tiradas al Río #Ganges, alcanzan la #Moksha, la liberación del ciclo de #reencarnaciones. Es decir, alcanzan la #iluminación.



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Sin embargo, en el mundo occidental la #muerte no deja de ser un tema medio Tabú, prohibido, oscuro y sobre todo, triste. Es el fin, la última etapa, algo que persigue a uno durante la vida y algo a lo que no se puede escapar. Es quizás, lo peor que le pueda pasar a alguien, a menos que sea alguien que está sufriendo mucho en vida. Es un horror, algo que no se le desea a nadie y, a pesar de todo, algo que le sucede a cada ser humano de manera natural. 

En #India, la muerte es vista como un proceso, es parte de la vida misma y no es el fin de nada. El ser es #inmortal, pero el ser humano no lo es. Según el #Hinduismo, el #Atman (alma, ser o espíritu), es el núcleo que se encuentra dentro de una cebolla y solamente es revelado cuando las capas que lo rodean son removidas de a poco. Las cinco capas que lo rodean, desde afuera hacia adentro son 1) el cuerpo, 2) la energía del cuerpo, 3) la energía de la mente, 4) la intuición y la sabiduría, y 5) la felicidad que puede alcanzarse principalmente a través de la #meditación. Si bien en vida, no es completamente aplicable el poder "liberarse de estas capas", si es posible tener control sobre ellos y trabajar en pos de lograr un estado de paz mental donde uno logre no apegarse a personas u objetos materiales de manera en que se genere sufrimiento.  El apego genera miedos, y los miedos generan sufrimiento. Es una ecuación simple pero difícil de resolver en la realidad. No hay una respuesta absoluta a cómo desapegarse, ni un camino indicado para lograrlo, pero el hecho de reconocer la #conciencia debajo de todas las "capas" que lo cubren a uno, es uno de los puntos primordiales donde empezar a resolver el problema. La conciencia es el ser (yo lo entiendo desde este lugar). El apego es el miedo que tira para atrás cuando uno intenta saltar desde un abismo hacia algo nuevo, es la falsa sensación de seguridad que deja a la mente tranquila, cuando en realidad nada en la vida es seguro. El apego genera dolor cuando el objeto de apego falta, dejando un vacío en el apegado, que se traduce en sufrimiento. El apego, en cualquiera de sus formas, es un potencial generador de sufrimiento. 

Pero entonces, ¿eso significa que uno no puede tener cosas ni tener relaciones interpersonales?. Por supuesto que no, como seres humanos eso es casi imposible, a menos que uno se disponga a vivir el resto de su vida de asceta aislado de la sociedad. Significa que uno debe modificar la actitud con la cual se relaciona con las personas, las cosas y el mundo que nos rodea. Cuantas menos cosas a las que apegarse, mejor. No tiene sentido adquirir, adquirir y adquirir, si a fin de cuentas lo que nos llevamos no es nada más que una colección de aprendizajes. Hay que vivir con lo que necesitamos y dejar de lado los excesos, "coleccionar momentos, no cosas".

De la misma manera, de nada sirve relacionarse con gente que no nos aporta nada bueno o nos resta, por el simple hecho de tener que arrastrar con esa relación. Dejar de lado relaciones con gente tóxica puede doler, sobre todo por suponer lo que la otra persona puede pensar o sentir, pero es mucho menos doloroso terminar cuanto antes, que hacerlo cuando el tiempo haya asentado más las cosas y haga los lazos más difíciles de romper.


Eso no significa tampoco dejar de ser sociable o tener una mala actitud hacia aquellos que nos hacen mal. Implica desarrollar compasión hacia aquellos que nos hacen sufrir (el Dalai Lama tiene puntos claves acerca de la compasión, si deseas profundizar en el tema), alejarnos por nuestro bien, y continuar con nuestra vida. Significa también, reconocer la grandeza en todos, aceptar que nada es permanente, y aprender a vivir en el presente más que otra cosa. Uno está presente aquí y ahora. Si hay gente que lo rodea a uno, ya sea físicamente o no, entonces esa es la gente con la que uno se va a relacionar. Pueden cambiar a través del tiempo, y van a cambiar a través del tiempo, y uno tiene que aceptar que así va a ser. Pero siendo realista, por más que uno entienda los conceptos, cuando se lo lleva a la práctica, las despedidas, ya sean momentáneas o permanentes, duelen. Pero del dolor mismo, tanto propio como ajeno, también se aprende, y es un proceso de aceptación, aprendizaje y cambio, el que lleva a superar cada dolor que uno experimenta. Al respirar la muerte en Varanasi (incluso literalmente), oscilando entre el sufrimiento y la alegría, se dan lugar a varios replanteos, y reflexionando sobre el dolor, el sufrimiento, las expectativas, la vida y la muerte, llegué a las siguientes conclusiones:

La Vida y la Muerte pueden convivir en perfecta armonía Sobre todo si uno camina entre las minúsculas calles de piedra durante atardecer, hay que tener cuidado de esquivar la gran cantidad de personas, vacas, y procesiones de personas que llevan cadáveres a los crematorios. Los cadáveres son envueltos en telas de colores, flores, y en ocasiones globos y guirnaldas, y cargados en el hombro de unas 6 personas, acompañados por los familiares, que generalmente, en una mezcla entre lágrimas y alegría, cantan "Rama nama satya hai" (El nombre de Rama es la verdad absoluta). La explicación del significado del mantra es larga, pero vendría a ser algo así como que Dios es la única verdad y que nada sin Dios tiene sentido.


Quienes lloran no pueden participar de la ceremonia, de hecho las mujeres tienen prohibido entrar a los crematorios, porque el hecho de llorar por alguien implica apego, y si alguien se apega a la persona que se está yendo, en vez de sentirse feliz por ella y dejarla ir, se dice que la persona que murió sigue teniendo razones para quedarse en la tierra y no puede seguir su camino como corresponde. Una vez que el cuerpo se extingue, las cenizas son tiradas al Ganges, que las hace desaparecer entre la corriente. Al lado de los crematorios se pueden observar personas bañándose, limpiando ropa en el río y hasta lavándose los dientes con el agua del río en el que tiran las cenizas. No deja de ser un escenario shockeante, pero es una demostración de cómo la vida y la muerte conviven sin problemas. Mientras unos se van para seguir su camino en otra dimensión, otros empiezan su nuevo día, y todo está bien. No es el fin de nadie, sino un nuevo comienzo.

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A los lugares no hay que visitarlos, hay que vivirlos Se puede viajar a cualquier lado, si los medios te lo permiten, pero el simple hecho de viajar no es lo mismo que experimentar los lugares. Sobre todo en lugares como Varanasi, donde es muy probable que la ciudad genere un shock bastante fuerte en uno, es mejor apagar el interruptor de "intentar entender" y dejarse llevar, observar y encender los sentidos. Es uno de esos lugares donde ponen a prueba tu paciencia, tu flexibilidad, tu capacidad de aprendizaje y de juzgar.


Es muy fácil observar todo con ojos de turista, ver una realidad distinta y volver a la casa de uno sabiendo que conociste una realidad distinta. Pero los aprendizajes sólo emergen cuando uno se sumerge en ella, pone a prueba los conceptos que la propia mente tiene muy bien fundamentados, y cuestionarlos hasta llegar al fin de los asuntos. Solamente por el mero hecho de intentar tirar las columnas que sostienen los conceptos que formamos en nuestra #mente, miles de pensamientos e ideas nuevas van a caer, reestructurando lo que uno pensaba que pensaba, y dando lugar a nuevos pensamientos, que van a dar lugar a que se formen nuevos puntos de vista que luego van a moldear nuestras actitudes. Y no hace falta, en sí, estar en Varanasi para poder derribar conceptos, hace falta cuestionarse a uno mismo, poner nuevas ideas en la cabeza y ver cómo resuenan, para intentar ver las cosas desde un punto de vista diferente.


Cuando uno derriba tabúes, se baja de pedestales, se adapta a situaciones inimaginables, y sobre todo, se da cuenta de que puede hacerlo sin problema, entonces las situaciones por venir tienen otro color, y lo que generalmente podría afectarte, ya no te afecta tanto. No son las situaciones, las personas, los lugares o los momentos, los que generalmente están mal, sino las actitudes que tomamos al respecto, y la manera en que recortamos lo que llamamos "nuestra realidad".

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Podés armar planes, pero tienen que incluir factores impredecibles Sobre todo cuando uno viaja a lugares así, o sabe que va a viajar a lugares con características peculiares, es mejor dar más lugar a la impredecibilidad que a lo planeado. Está bien mirar cuáles son los puntos claves de cada ciudad o sus atractivos turísticos principales, pero los momentos más increíbles generalmente son los que están fuera del plan. En mi primera visita a Varanasi, fuimos 4 amigas, recorrimos durante todo el día la ciudad y los templos principales. El templo de Durga, de Hanuman, de Shiva, etc, y al atardecer nos perdimos en un concierto de Cítara y Tabla, merendando en una panadería Alemana increíble llamada Brown Bread Café. Dimos por sentado que íbamos a ver los Ghats durante el amanecer, así que a las 5 a.m. del día siguiente salimos a andar por el Ganges bajo la llovizna, y aunque no vimos ningún Ghat en actividad, pudimos a las cientas de personas que se sumergían en el río para lavar sus pecados e iniciar un nuevo día.


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Familias enteras, ascetas, y cientos de devotos juntan agua del río, para bendecir las estatuas seguramente, y recitan mantras, dándole la bienvenida al sol. Si bien no cumplimos el objetivo de ver los Ghats en actividad, fue una linda experiencia y otra perspectiva de lo que sucede en la ciudad. Pasamos la mañana en #Sarnath, y el resto de la tarde recorriendo callecitas en Varanasi. No fue sino hasta un par de horas antes de tener que salir a la estación de tren, que siguiendo a dos señores que caminaban con dos baldes llenos de cenizas, llegamos a unos de los Ghats más grandes. No es uno de los que suele estar en actividad, pero allí los señores se subieron a una plataforma para tirar las cenizas que cargaban.


Entre medio de un grupo de nenes que había ahí, uno se acercó a hablarnos. Se llamaba Om, tenía 11 años y un inglés casi perfecto. Vivía ahí cerca, y se ofreció a llevarnos a un templo abandonado al que nadie visita, que tiene cientas estatuas de #Vishnu en su estructura y una vista prometedora. El templo está tomado por familias que viven ahí, pero al ver que sólo íbamos a ver la vista desde las alturas y no teníamos intenciones de molestarlos, se quedaron tranquilos.


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Después de un rato de charla, donde Om nos decía que tenía muchos amigos extranjeros y que le encanta hablar y caminar, porque "hablar es bueno para la mente, y caminar es bueno para el cuerpo", fuimos a ver el Ghat principal que está en actividad las 24 horas, donde los cuerpos son cremados por una llama sagrada que dice estar prendida desde la creación de la ciudad, hace unos 3500 años, aunque en realidad dicen que está encendida hace unos 100, y que de vez en cuando el agua la apaga y la tienen que volver a prender.


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Om se aseguró de que consiguiéramos un conductor de Auto Rickshaw confiable y ni siquiera nos dejó negociar el precio hasta la estación. Nos advirtió que tuviéramos cuidado en quién confiar, nos pasó su mail para que le mandáramos las fotos, y nos despedimos. No era parte del plan el dejar el resto de la tarde libre para que un nene de 11 años nos guíe para que veamos el resto de lo que nos quedó ver y nos lleve a un lugar increíble al que es imposible entrar si uno no le explica, en hindi, a quienes tomaron el lugar, que sólo van a contemplar la vista, pero así sucedió y fue una de las claves que hicieron que el viaje sea "especial".

Apegarse es egoísta Como si el hecho de poseer bienes o relaciones fuera a impedirnos irnos cuando tenemos que hacerlo, mientras uno siga en vida, no hace más que coleccionar cosas y personas, sin darnos cuenta de lo volátiles y frágiles que somos. Ser consciente de eso es una de las fórmulas más acertadas para poder vivir en paz con uno mismo. Entendiendo que la muerte no es más que una etapa, el cierre de un ciclo y un punto final, que no implica que abajo no venga otro párrafo, es mucho más fácil vivir en el momento y lugar en el que uno está viviendo. Morir, según se vive en esta parte del mundo, no es un castigo, una desgracia o un motivo de sufrimiento. Es una #bendición, y sólo aquellos que son capaz de verlo de esa manera, no apegándose a las personas y entendiendo que lo que pasa acá y ahora, es lo que tiene que pasar acá y ahora, son los que sólo van a estar tristes temporalmente ante una pérdida, pero no van a sufrir por ello.


Sufrir por no tener más a una persona querida es un acto egoísta. Uno sufre porque quiere a esa persona para uno, quiere que esté ahí y le haga bien a uno. Se apega de tal manera, sintiendo que dio tanto a esa persona, que la mera pérdida es dolorosa, porque al perder a alguien, uno siente que pierde parte de sí. Depende de uno entender que nadie se pierde, que lo único que se pierde es un cuerpo, que tampoco nos pertenece, nos es dado, y que cada alma va a seguir el camino que tenga que seguir, le guste a uno o no. La manera más viable para evitar el sufrimiento es entonces, no apegarse y no querer a la gente, sino ser incondicional y dejar ser. 


La manera de superar casi todos los miedos es el amor incondicional Una vez lei este fragmento que es una recreación literaria del Principito (por Viviana Baldo), y dice así: "-”Te amo” – dijo el Principito. -”Yo también te quiero” – dijo la rosa. -”No es lo mismo” – respondió él. “Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía… Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes. Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados. Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo. Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se dá en el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de vos, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría.  Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoista, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.” -”Ya entendí” – dijo la rosa. -” No lo entiendas, vívelo” -dijo el Principito." Al perder a alguien uno tiene que entender que no va a haber ningún tipo de reciprocidad directa a lo que uno sienta, piense o diga. Por más que uno quiera que lo que paso no haya pasado, pasó, y está en la capacidad que uno tenga de amar incondicionalmente para dejar la tristeza ir, y el sufrimiento cesar. Sólo con empatía, amor y despojo de cualquier tipo de expresión de egoísmo, el sufrimiento se puede eliminar.

El miedo a la muerte propia o de los demás, sólo genera sufrimiento. Sufrimiento al preocuparse, sufrimiento en caso de que pase, y sufrimiento después de pasado. Entonces… ¿Cuán capaz es uno de desarrollar la capacidad de poder amar incondicionalmente, para evitar sufrir,  y de esa manera, ser más feliz? ¿De qué sirven los apegos cuando no poseemos ni siquiera nuestro propio cuerpo? ¿Para qué existen las pre y post ocupaciones, si nunca vamos a ser capaces de controlar nuestro pasado, nuestro presente ni nuestro futuro?

Somos sólo polvo en el viento Después de todo, eso es lo que somos. Al ver a uno de los dos señores que cargaba las cenizas en un balde, subido a la plataforma, tirando las cenizas al río, ese fue el primer pensamiento que se me vino a la mente: sólo somos polvo en el viento, y la canción de Kansas me resonó automáticamente. Cuando la conciencia pasa a la siguiente etapa, el cuerpo se va, ya no sirve para el propósito que tiene que cumplir. De la misma manera en que una mariposa deja su cuerpo de oruga para salir volando, los seres humanos dejamos nuestro cuerpo para volar a otra dimensión. Siendo consciente de eso, se tiene menos miedo, se sufre menos, se vive más tranquilo, y se es feliz más facil. Siendo conscientes de ello, el concepto de "inmortalidad" cobra un sentido distinto y mucho más racional. Como todo, es un proceso de aceptación y descubrimientos, pero si promete acercarnos un poco más a la felicidad, ¿por qué no intentarlo?

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Si tuviera que recomendar libros inspiradores al respecto, serían: - Muchas vidas, muchos maestros de Brian Weiss - El Arte de la Sabiduría del Dalai Lama 

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