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Una cita con el Papa

Dicen que hay que tener cuidado con lo que uno sueña porque puede volverse realidad…

Hace unos 3 meses estaba sentada en la plaza San Pedro, en Roma, esperando que el Papa Francisco apareciera en su Papa móvil a recorrer la plaza, acto que daría comienzo a la audiencia del día. Al haber llegado temprano, los argentinos que conocí en el hostel y yo, conseguimos lugares adelante y pegados al pasillo. La Iglesia Católica y yo nunca fuimos del todo amigas, pero estar en esa plaza repleta de gente dispuesta a ver y escuchar las palabras de quien hoy se encuentra al mando de la misma, te eriza la piel.

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Unos minutos antes de que empezara la audiencia se escuchó un bullicio de gente en uno de los costados y la plaza se asemejó a un concierto de rock cuando se apagan las luces, pero esta vez, en vez de Mick Jagger, apareció Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. Con una sonrisa cargada de sencillez y su mano en alto iba saludando a la gente, y al acercarse a nuestra zona, nos sonrió con complicidad al ver la bandera Argentina. En un cruce de miradas levanté una carta que tenía en mi mano, me levantó las cejas en signo de aprobación y la lance adentro del móvil, donde vi que uno de los guardias la levantó y colocó dentro de un saco donde iban recolectando las cosas que la gente tiraba.


La carta la había empezado a escribir unos días antes de salir para Italia y la fui completando entre aeropuertos y trenes. Entre las cinco hojas había dos puntos centrales. Primero, le comenté acerca de mi visión sobre las empresas sociales y por qué creo que una persona tan influyente como él debería incentivar a los jóvenes a que sigan ese camino como profesionales; segundo, cuán desconectado siento al mundo empresarial con el mundo espiritual, cuánta falta hace de humanizar a la humanidad para que aprenda a crecer más para evolucionar espiritualmente en vez de para engordar la cuenta del banco.

Mencioné unas cuantas veces al profesor #Yunus y su trabajo y le dije que seguramente le caería bien como persona por su carisma y humildad. Seguramente al ser un líder espiritual a nivel mundial debe tener una agenda ajustada y si tuvo tiempo de leer esa carta o no, quizás nunca lo sabré, pero de todas formas, mi intención de que el Papa Francisco y Muhammad Yunus se junten, quedó sellada con tinta y papel. Dos meses después de ese día en la plaza, en el inicio de Facebook, la página oficial del profesor Yunus publica esta imagen (para quienes no lo conocen, Yunus es el de la izquierda):

yunus y papa francisco bergoglio

Un apretón de manos que me dejó helada por unos segundos y, sin saber cómo ni por qué se generó, me llenó de alegría. Fiel a mi naturaleza me puse a investigar y descubrí que esa imagen fue tomada en el Vaticano luego de la reunión a la que el Papa convocó, titulada “Seminario acerca del Bien Común Global”, donde hubieron 67 invitados de todo el mundo, expertos en distintos ámbitos, entre quienes se encontraba Muhammad Yunus.

Tomo el documento de debate como una de las mejores respuestas que hubiese podido leer. El compromiso y la seriedad con la que parece que se trataron los temas que alborotan a la sociedad y que mantienen sosteniendo el telón de “pobreza”, es signo de que la consciencia se está expandiendo cada vez más. Las cosas están cambiando para bien.

A veces hace falta que hasta el Papa nos señale que nos estamos olvidando de lo más importante, nosotros, y que nos estamos usando como recurso más que como eje de cada actividad. Este seminario es una llamada a la introspección, porque por más medidas que se tomen, si uno no es el motor de cambio, nadie lo va a hacer cambiar a uno.

¿Cuál es el fin último de tu trabajo? ¿Por qué y para qué estudias lo que estudias? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Te levantas cada día orgulloso de lo que vas a hacer? ¿Cuántas veces por mes decís “no puedo”? ¿Te querés?

Si hay algo que tengas que hacer para cambiar la respuesta de alguna de esas preguntas, ahora es un buen momento para que empieces.

Y para los curiosos, acá traduje la conclusión del seminario porque creo que vale la pena conocer los compromisos que los líderes de la humanidad están barajando. ¡Quelo disfruten!

“A la vista de los muchos asuntos sin resolver traídos a primer plano por la crisis financiera y la incapacidad permanente para poner fin a la pobreza endémica y la exclusión, hay un acuerdo sustancial entre nosotros que, como comunidad humana, debemos recuperar nuestra brújula moral y reexaminar los supuestos de nuestra teoría económica para que sea más realista y basada en una visión más completa del ser humano y del mundo.

Las personas dan la bienvenida a la creación de empleo, la mejora de la salud y de los muchos otros beneficios que la economía actual ha proporcionado. La globalización en un sentido positivo tiene el potencial de unir a la gente. Sin embargo, muchas personas experimentan una severa pérdida de valores y morales en la vida política y económica, y además, a los medios e instrumentos de nuestra economía, como el dinero, se le concede más importancia que el fin último o el objetivo de la misma economía, que es, sostener una buena vida para la comunidad humana.

Del mismo modo, los seres humanos son tratados frecuentemente como medio para un fin económico, y no como la razón por la que la actividad económica tiene lugar en absoluto. La experiencia de las empresas sociales demuestra que las personas pueden crear su propio trabajo y crear empresas y así construir un futuro seguro para ellos. Debemos poner a la gente y su bienestar en el centro de nuestra vida económica y política.

Un sistema económico es como un entorno natural. Requiere la diversidad para fortalecer su capacidad de resiliencia. Por lo tanto, reconocemos la contribución de los diversos actores a la economía, particularmente las mujeres y los trabajadores rurales, y apoyamos el desarrollo continuo de las diferentes formas de organización (corporaciones con fin de lucro, cooperativas, entidades productivas sin fines de lucro, bancos y empresas éticas y sostenibles, empresas sociales, y así sucesivamente). Ellos contribuyen a la producción de capital social, y de valor económico, como una expresión de la democracia económica y para la realización del ser humano. No debe permitirse una inadecuada regulación que dañe a esta biodiversidad.

Sobre la base de esta visión compartida de la persona humana y los elementos centrales sobre los que nuestro pensamiento económico debe ser fundado, compartimos un consenso que da la bienvenida a las reformas actuales de la economía mundial y el sistema financiero en particular, pero que también debe ir mucho más lejos. Es igualmente importante destacar que ninguna reforma estructural que conduzca a una mayor inclusión puede ser exitosa a menos que haya una conversión en el corazón humano.

Sin una recuperación de la virtud de la gratuidad y de la voluntad de hacer juicios morales, permitiendo que nuestra acción sea guiada por ellos, ninguna reforma estructural podrá estar segura de brindar resultados positivos.

Con estas premisas en la vista, apoyamos fuertemente y nos comprometemos a apoyar las siguientes reformas encaminadas a lograr una economía más inclusiva:

1. La adopción de Objetivos de Desarrollo Sostenible ambiciosos e inclusivos centrados en la dignidad humana y un nuevo acuerdo climático global en el año 2015 que, además de su importancia en sí mismos, son también oportunidades críticas para lograr un avance en las instituciones mundiales más eficaces. De esta manera, tenemos la oportunidad de erradicar la pobreza, apoyar la protección de los trabajadores, las normas ambientales, los ingresos fiscales y la regulación financiera, y hacer frente a la desigualdad.

2. El trabajo multilateral liderado por la OCDE/G-20 sobre el Intercambio Automático de Información Fiscal y Erosión de la Base y Traslado de Utilidades, y en la confrontación del problema del sistema bancario internacional “demasiado grande para quebrar”. Al mismo tiempo, hacemos un llamado al G20 para que sea más ambicioso y explícito sobre el marco ético que regula sus deliberaciones, contribuyendo a mejorar su legitimidad.

3. El fomento de la educación financiera, inclusión financiera y protección al consumidor financiero, el equipamiento de los grupos más vulnerables para que puedan acceder a la financiación más fácil, eficiente uso de los servicios financieros, tomar decisiones financieras informadas y ser protegido contra los efectos de las prácticas desleales. Apoyamos la creación de bancos para los pobres.

4. La lucha contra el desempleo estructural persistente, el creciente desempleo juvenil

y la falta de seguridad y protección para los trabajadores informales y rurales son flagelos en todo el mundo. Instamos a quienes crean políticas a tomar fuertes medidas con el fin de promover el acceso a empleos decentes y de calidad a todos los segmentos de las sociedades, para promover el acceso a la educación para las habilidades, las cuales son esenciales para la vida y la dignidad humana.

5. Las diversas iniciativas de la #ONU y la sociedad civil para combatir, en particular, el trabajo infantil, la discriminación contra la mujer, la trata de personas, la delincuencia internacional, la corrupción y el lavado de dinero.

Por último, creemos que, basados en las transformaciones que ya están teniendo lugar ante nuestros propios ojos, la participación activa de los ciudadanos en sus acciones económicas y de las corporaciones a lo largo de las líneas de responsabilidad social y ambiental es crucial para inclinar la balanza hacia el bien, y que las normas deben ser creadas para estimular el desarrollo de las virtudes cívicas y corporativas.

En conclusión, el Santo Padre nos exhortó a resistir una cultura de usar y tirar o desechar: “Si el ser humano no está en el centro, otra cosa consigue ponerse allí, a quien luego el ser humano tiene que servir.”

Ciudad del Vaticano, 12 de Julio de 2014.”

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