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Encontrar el Propósito ¿un camino genuino o forzado?

Cada vez más escuchamos la palabra propósito en el mundo de los negocios: marcas con propósito, empresas con propósito, emprender con propósito. Pareciera que existe una especie de abismo que se encuentra entre aquellos que si persiguen un propósito y aquellos que no. Pero ¿es realmente así?¿cómo reconocemos a un propósito genuino de uno que no lo es?.


El propósito no debería ser un casillero más dentro del modelo de negocio, sino un faro que guiará el presente y el futuro. Pero no todos los negocios deberían forzosamente tener un propósito. Hay negocios que se crean con un fin 100% oportunista o lucrativo y no hay nada de malo en ello. Es peor forzar un propósito que no representa a nadie, que aceptar el verdadero propósito por el cual algo se crea.


Crear una empresa o un emprendimiento con propósito implica un profundo trabajo de introspección previo. Un lider consciente debería ser capaz de primero identificar su propósito personal antes de definir el propósito de la empresa. El propósito es algo tan único como cada persona. Puede que haya propósitos similares, pero cada uno le añade una unicidad irrepetible e irreplicable.


Todas las personas nacemos con un propósito en la vida, algunos fundamentan que nacemos con varios propósitos, pero sin dudas la búsqueda del propósito es un camino que la gran mayoría, consciente o inconscientemente siempre emprende. Todo el tiempo estamos buscando hacer algo que nos llene, que nos emocione, que nos enamore.

El propósito es la sal de la vida. Algunos lo reconocen rápido, otros no tanto, pero en cualquier instancia, vale la pena su búsqueda. ¿Por qué? Porque cuando lo encontras te sentís completamente pleno, feliz, sentís que cuando estás haciendo eso que tiene que ver con tu propósito, se diluye el tiempo y el espacio, sentís que te expandes, que estás haciendo bien, que hay algo más en ese ahí y ahora y que lo que estás haciendo es tan trascendental como simple.


El propósito es simple, es humano. Aprendí mucho sobre la búsqueda del propósito trabajando con emprendedores que viven en villas o en contextos difíciles. Hay un patrón que se repite en algunas historias de vida que demuestran resiliencia, perseverancia ante situaciones dolorosas y no tener literalmente nada material o haber perdido todo. Suelen haber dos caminos: o caer aún más profundo y terminar en la ruina o en la calle, o recordar qué era lo que te hacía feliz y dedicarte 100% a ello.


Pareciera que es en ese momento de vulnerabilidad, sin seguridades ni comfort que el miedo se diluye y la apuesta por uno mismo invierte la caída en picada por volver a flote. En estos contextos es en donde más conocí emprendedores que aman profundamente lo que hacen y su rol es fundamental en su círculo social. Quizás ellos no lo identificaban como su “propósito”, pero sin duda es el faro de su quehacer.


“Que las mamas puedan conectarse con ellas mismas y con sus bebés” es la principal motivación de Reina, una emprendedora que vende mobiliario y accesorios para mamás y bebés en la Villa 31 y con cada clienta se toma el tiempo de compartirle cuán importante es ese vínculo, estar en paz consigo misma, con quienes la rodean y recibir a sus bebés con el mayor amor posible.


“Contagiar a la gente de la ciudad del ritmo de vida en la naturaleza que tenemos en la aldea” es lo que motiva a un grupo de artesanos de una tribu rural en Calcuta, India. Aman tanto a su aldea que crearon un poema para describirla.


“Que cada persona se sienta bien consigo misma” es el propósito de Alicia, una emprendedora que revende ropa en un barrio humilde de Tandil y me contaba que más allá de lo que vendía, se encargaba de ayudar a las jóvenes a mejorar su autoestima y que puedan valorarse.

Quizás ninguno de estos emprendimientos se vuelva masivo, llegue a miles de personas y sea una marca reconocida, pero cada uno de ellos cumple un rol fundamental y tiene un propósito poderoso, aunque sea simple. Los pequeños emprendedores tienen mucho para enseñarle a las empresas acerca del propósito. El propósito es algo que le atraviesa tanto a uno como a una organización y si el propósito es meramente una frase pero no moviliza a nadie, entonces no es realmente un propósito.


Encontrar el #propósito resignifica todo. ¿Cómo encontrarlo? Es un camino muy personal e introspectivo, en donde se necesita más corazón que cabeza. Implica conectarse con la sensibilidad, con la intuición, lejos de distracciones, de cosas que estimulen a la mente y te hagan perder la conciencia. El propósito genuino siempre está relacionado al amor, a brindar amor, a restaurar sistemas, a valorar a otros, a apoyarlos. El propósito no necesita ser una frase abultada, necesita ser real. No hay que tener miedo a buscarlo y si se generan dudas sobre cuál es o cuál no es, es simple. El propósito es como el amor, se siente.


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